El gobierno del presidente de Argentina, Javier Milei, sufrió este martes el primer freno real al ambicioso programa de reformas de la estructura institucional y económica del país. De hecho, los partidos que apoyan al gobierno no han llegado a un acuerdo sobre algunos artículos de la llamada “ley Ómnibus”, remitiendo el texto a las comisiones para un nuevo debate sobre las líneas generales. Un traspié registrado con alarma en la Bolsa de Nueva York, donde las acciones de empresas argentinas -en la apertura de operaciones- cayeron hasta un 7 por ciento, mientras el dólar “blue”, la moneda estadounidense comprada en el mercado paralelo, ganaba terreno. salto de 30 pesos. El ejecutivo, sin embargo, no se desanima: el “futuro” de las reformas deseadas por Milei es “inevitable”, advirtió el portavoz de la presidencia, Manuel Adorni, según quien el retroceso de ayer tiene como única consecuencia “retrasar” el inicio. de un proceso destinado a “poner fin a la decadencia del país”. Y en perspectiva, advierte Adorni, el ejecutivo no descarta la idea de saltarse el proceso parlamentario y recurrir a un plebiscito: ninguno de los “instrumentos constitucionales” disponibles está excluido, afirmó. De hecho, el Gobierno ahora puede decidir si empezar de nuevo todo el proceso desde el principio, retirar definitivamente la ley o presentar una nueva.
También porque, asegura Adorni, “el gobierno no es la ley ómnibus, pero es mucho más” y sus objetivos se alcanzarán en cualquier caso: hasta la fecha, afirmó, “la inflación sigue cayendo y el equilibrio financiero ya se alcanzó en enero”. , con un déficit de cero.” El ministro de Economía también está seguro de que la acción gubernamental no se verá demasiado afectada. Luis Caputo. “La no aprobación de la ley no afecta en lo más mínimo a nuestro programa económico, el objetivo de estabilizar las cuentas, de no gastar más de lo que ingresa”, afirmó el ministro, recordando que incluso antes del debate el Gobierno se había retirado de la ley el “paquete fiscal”, el instrumento inicialmente diseñado para recortar una porción sustancial de la deuda. Y mientras el gobierno reafirma su creencia, el presidente Milei, estos días en Israel, acusa públicamente a los diputados de “traición”. Polémica que el portavoz Adorni releyó así: “El presidente siempre ha dicho que denunciaría públicamente las mentiras, que su compromiso era con el pueblo y que siempre lucharía por la verdad”, afirmó. Milei “no hizo más que dar visibilidad a informaciones que ya eran públicas”, indicando cuáles de los 144 diputados que habían votado a favor de la ley, luego “cambiaron de opinión”. “Luego cada uno hará las evaluaciones apropiadas”.
El revés sufrido ayer en la cámara es resultado de la falta de una mayoría sólida que apoye al gobierno. Con sólo 38 diputados de 257, el partido del presidente (Libertad Avanza, LLA) se ve obligado a buscar una mediación con segmentos del frente conservador que remite al expresidente Mauricio Macri, y con diputados vinculados a los gobernadores de centroderecha del provincias. Los puntos más sensibles, como está claro desde hace tiempo, son dos. El más complicado es el de los “poderes especiales” que la ley exige atribuir al presidente para garantizar que el gobierno pueda producir medidas con fuerza de ley. Un instrumento con el que el gobierno quiere gastar para combinar la falta de fuerza parlamentaria con la necesidad de gastar tiempo en reformas. Una maniobra bloqueada en masa por la oposición y que las fuerzas más proclives al diálogo intentan suavizar, reduciendo el número de zonas y la duración de la “emergencia”.
Luego está por discutir el número de empresas públicas que pueden ser privatizadas, entre las 41 presentadas originalmente por el gobierno. La mediación llevada a cabo incluso antes de que la ley ingresara a la Cámara, gracias a la presión de las provincias ricas en yacimientos, llevó a la exclusión de la petrolera estatal YPF (Depósitos Fiscales de Petróleo), que debería seguir siendo una empresa mixta bajo control gubernamental. , y el Estado posee el 51 por ciento de las acciones. Pero otras empresas podrían salvarse con la llegada de particulares, en parte, dado su carácter “estratégico”.
Técnicamente, el debate se estancó precisamente en la discusión relativa a la privatización de las empresas estatales: los diputados que se refieren a los gobernadores de las provincias habían pedido al gobierno que concediera a las administraciones locales un porcentaje de los ingresos de un impuesto rentable (impuesto País ). Ante el “no” del gobierno, reiterado en homenaje a la necesidad de no desperdiciar recursos financieros, los gobernadores anunciaron el veto a todos los demás artículos de la ley. El líder del partido del presidente (Avanza Libertad, Lla), Óscar Zago, solicitó y obtuvo así la devolución de la ley a las comisiones, anulando efectivamente -como exige el reglamento parlamentario- la luz verde sobre las líneas generales concedida la semana pasada en la fin de negociaciones agotadoras.